En la arquitectura contemporánea, cada detalle importa. El diseño no solo debe ser estéticamente atractivo, sino también funcional y duradero. En este contexto, materiales como el cobre y el zinc se han consolidado como opciones de alto valor para remates y acabados en cubiertas y fachadas. ¿Por qué elegir estos metales? ¿Qué beneficios ofrecen frente a otras alternativas?
Cobre: elegancia atemporal y resistencia superior
El cobre es uno de los materiales más valorados en el mundo de la construcción por su elegancia, versatilidad y resistencia a la corrosión. Su acabado natural envejece con el tiempo, adquiriendo una pátina que aporta carácter y distinción a cualquier proyecto arquitectónico.
Entre sus ventajas destacan:
- Larga vida útil: el cobre puede durar décadas sin perder sus propiedades.
- Estética premium: ideal para proyectos que buscan un acabado sofisticado.
- Mantenimiento mínimo: su resistencia a agentes externos reduce los costos de conservación.
Los remates de cobre son perfectos para cubiertas, aleros, canalones y detalles decorativos, combinando forma y función de manera impecable.

Zinc: diseño moderno con alta protección
El zinc, por su parte, se ha ganado un lugar privilegiado en la arquitectura moderna gracias a su flexibilidad de diseño y su capacidad para resistir condiciones climáticas extremas. Su apariencia metálica mate ofrece un acabado limpio y contemporáneo, ideal para proyectos minimalistas o industriales.
Ventajas clave del zinc:
- Alta resistencia a la corrosión, incluso en ambientes costeros.
- Disponibilidad en variedad de tonalidades, gracias a tratamientos superficiales como el zinc prepatinado o pigmentado.
- Sostenibilidad: es un material 100% reciclable.
En nuestra empresa, transformamos el zinc con precisión milimétrica para crear remates a medida, que aportan no solo funcionalidad, sino también valor estético al proyecto.

Cobre y zinc: combinación perfecta para arquitectura de alto nivel
Tanto el cobre como el zinc son materiales que no solo cumplen con altos estándares técnicos, sino que además enriquecen el diseño arquitectónico con acabados únicos. Usarlos en rematería para cubiertas y fachadas eleva la calidad del proyecto y garantiza resultados duraderos.